HIJO MIO, MI UNICO HIJO
Me enseñaron de niña,
a creer en Dios.
Sabía, de su existencia,
por todo lo que me rodeaba.
Sentía, que existía,
por las personas,
que me amaban.
Pero, cuando mi hijo nació,
y lo tuve por primera vez,
en mis brazos,
mi Alma vió,
resplandecer el Rostro de Dios,
y entonces,
mi Eterno Padre,
me sonrió.
Me enseñaron de niña,
a creer en Dios.
Sabía, de su existencia,
por todo lo que me rodeaba.
Sentía, que existía,
por las personas,
que me amaban.
Pero, cuando mi hijo nació,
y lo tuve por primera vez,
en mis brazos,
mi Alma vió,
resplandecer el Rostro de Dios,
y entonces,
mi Eterno Padre,
me sonrió.